Lectura – Estudio del Maestro Tibetano Djwal Khul

Artículo de introducción a la lectura y estudio de los principios de la sabiduría eterna a través de los libros de Djwal Khul, el maestro Tibetano, dictados a Alice. A. Bailey.

A la hora de iniciar el estudio de los libros de D.K. puede resultar muy conveniente hacer un repaso de las actitudes con que habitualmente leemos y estudiamos la palabra escrita en cualquier texto, para tomar conciencia de los ajustes que son precisos realizar al enfrentar la lectura de D.K., con planteamientos que aún no se enseñan en las escuelas, ni en las universidades, ni tampoco en los modernos cursos de técnicas de estudio, y poder crear el ambiente y las formas mentales adecuadas para un trabajo que se puede dilatar en el tiempo durante muchos años y que sin duda va a producir unas transformaciones más allá de lo que se pueda llegar a imaginar.

Estos breves apuntes son solo una orientación, que como estudiante me hubiera gustado disponer al inicio del trabajo, quedando abierto el campo de su confirmación, mejora y ampliación, así como el desarrollo de los trucos personales que cada uno considere. El maestro Tibetano incluye en sus libros numerosas citas sobre las actitudes más adecuadas para lograr un estudio correcto y fructífero, algunas de las cuales se recogen en letra cursiva en este artículo.

Algunos conceptos básicos

Lo primero de lo que conviene ser consciente al iniciar una lectura es saber exactamente lo que se está haciendo. Puede estarse leyendo con un simple uso de las frases recogiendo con mayor o menor detalle una determinada información. Puede que esa simple información de lugar a razonamientos en el área de nuestro mundo conocido, comparando datos o ideas, en el marco de la mente inferior. Puede que se este llegando a elaborar pensamientos, bien coloreados con alguna emoción, consciente o inconscientemente, algo habitualmente conocido como pensar y que en realidad es emocionar razonamientos; o bien nacidos de la mente pura, creativa, la mente superior. Ello puede derivar en la presencia de la intuición en contacto ocasional o continuo con la influencia del plano del alma, que es el lugar más deseable en el que puede situarse el trabajo, y que aparte de la expansión de conciencia que lleva implícito, genera una atmósfera de comprensión amorosa y gozo en el “taller de estudio”, que facilita el esfuerzo que conlleva profundizar en el esoterismo en estos tiempos tan agitados.

La siguiente división del conocimiento que detalla D.K. puede resultar muy clarificadora:

El conocimiento podría ser dividido en tres categorías: Primero, el conocimiento teórico, incluye todo lo que el hombre conoce y percibe, y que ha aceptado debido a las afirmaciones de otras personas y de los especialistas en las distintas ramas del conocimiento. Se funda en autorizadas afirmaciones y contiene elementos que permiten confiar en los escritores, conferencistas e inteligencias entrenadas que actúan en cualesquiera de los numerosos y variados campos del pensamiento. Las verdades aceptadas como tales no han sido formuladas o verificadas por quien las acepta, pues carece del entrenamiento y equipo necesarios. Los dictámenes de la ciencia, de la teología y de la religión y los descubrimientos de los filósofos y pensadores de todas partes, matizan el punto de vista y hallan rápida aceptación en la mente no entrenada, la mente común.

Segundo, tenemos el consentimiento discriminador que contiene una cualidad de selección, y afirma la valoración inteligente y aplicación práctica del método más específicamente científico y la utilización de la prueba, la eliminación de lo que no puede ser probado y el aislamiento de esos factores susceptibles de investigación, de acuerdo a lo que se entiende por Ley. La mente razonadora, argumentadora, escolástica y concreta, es puesta en actividad con el resultado de que gran parte de lo que es infantil, imposible o inverificable, es rechazado, trayendo como consecuencia el esclarecimiento en el campo de los resultados mentales. Este proceso discriminador y científico permitió al hombre conocer gran parte de la verdad respecto a los tres mundos.

Esto conduce inevitablemente al surgimiento de la tercera rama del conocimiento, la intuición. En realidad, la intuición es solo la apreciación mental de algún factor de la creación, de alguna ley de la manifestación y de cierto aspecto de la verdad, conocido por el alma, que emana del mundo de las ideas, siendo de la naturaleza de esas energías que producen todo lo conocido y visto.(Tratado sobre magia blanca. página versión original 14 a 16)

Intuición: “facultad conocedora” del místico inteligente y práctico que -relegando la naturaleza emotiva y afectiva al lugar que le corresponde- utiliza la mente como punto de enfoque, observando el mundo del alma a través de esa lente. (Tratado sobre magia blanca. pag. v.o. 17)

Como estudiar

Ante todo, como estudiar, es algo que uno mismo debe aprender a descubrir. Los rayos y subrayos que inciden en nuestras almas y personalidades son distintos, en múltiples combinaciones, y distintos son también nuestros vehículos de respuesta y la situación evolutiva que vive cada uno, por ello será diferente en cada caso la forma de establecer un ritmo de trabajo, su grado de comprensión, el estilo, la importancia que pueda darse, su acercamiento más o menos devocional o científico,..., etc.

Sin embargo hay una serie de ideas que aunque percibidas con diferencias nos pueden ser útiles a todos.

Vivimos unos tiempos complicados en los que las obligaciones diarias consumen buena parte de nuestras energías y sobre todo del “tiempo”. Sacar tiempo para estudiar es ya en sí mismo todo un logro, aunque un análisis objetivo y real del uso del “tiempo libre”, evaluado en minutos a lo largo de una semana corriente, seguramente nos daría alguna sorpresa, traducida en exceso de televisión, de horas de sueño, y de otras muchas actividades consideradas de descanso, que muy a menudo resultan bastante cansadas.

“Comprimir relajadamente el tiempo” para sacar un periodo de estudio que pueda mantenerse con continuidad, sería un buen punto de comienzo. Generalmente los cerebros, receptores de la intuición, mantienen mejor la atención comprensiva en sesiones de trabajo de unos 40 a 45 minutos y 15 a 20 minutos de descanso entre sesión y sesión. Cuando se realiza una sola sesión se puede aguantar bien entre 60 y 80 minutos. En todo caso, si se está bien centrado y con fuerza conviene no cortar hasta finalizar un apartado o un capítulo.

El lugar silencioso y agradable, preferiblemente de correctas vibraciones, acostumbrado al “buen pensar”, posición mejor erguida, tal vez ante una mesa y un flexo, buscando esa magia que produce abrir un libro; son estupendas premisas para comenzar. Estudiar a D.K. con la televisión de fondo es muy posiblemente una batalla perdida, aunque todo debe ser aprovechable cuando es lo único que se tiene.

La actitud con la que te sientas a estudiar es también un jardín que hay que cuidar, procurando siempre elaborar pensamientos y formas mentales en positivo que vayan creando el ambiente de estudio, más cercano al cariño y al gozo que al sacrificio. El encuentro con lo desconocido, la compresión de tantas y tantas inquietudes, la expansión de los límites de la conciencia, la percepción de otras dimensiones, el contacto con el alma..., mil ideas equilibradas para crear atmósfera de estudio, con cuidado para no levantar espejismos e ilusiones.

Una vez en pleno estudio ya es cuestión de estar despierto, sin interferencias externas, con atención real al sentido que podamos extraer de cada frase, sin el agobio de principiante por no poder captar algo de forma lineal, (que en los libros de D.K. es casi imposible), con la mayor relajación posible, sin atropellos, elaborando un buen ritmo de “lector de fondo”. La continuidad garantizará que no se pierda la “onda de estudio” y conectará las comprensiones entre sí buscando la síntesis e integrando el conocimiento.

En los libros de D.K. se intercalan citas sobre como enfrentar el estudio, como la siguiente recogida en Tratado sobre magia blanca pag. v.o.601:

Los estudiantes deben recordar que al leer cualquier libro de texto (y éste es considerado como tal), debería adoptarse un procedimiento definido. El estudiante debe leer primero todo el libro, a fin de captar sus puntos más importantes, sus principales líneas de enseñanza y las tres o cuatro proposiciones sobre las que está fundada toda su estructura. Habiéndolas captado, puede entonces comenzar a considerar y aislar esos puntos secundarios que sirven para dilucidar y esclarecer los puntos esenciales. Después de eso, puede ocuparse de los detalles. Por lo tanto, los estudiantes hallarán de interés, repasar estas instrucciones y entresacar de ellas los puntos principales; luego pueden recopilar las enseñanzas secundarias y ubicar finalmente los detalles bajo los distintos encabezamientos. Esto, una vez terminado, constituye una sinopsis del libro, y fija en la memoria del estudiante el conocimiento que contiene.

Pero buena parte del material de trabajo es susceptible de un estudio con carácter más de ampliar percepción y áreas de posibilidades que de memorizar.

Pero buena parte del material de trabajo es susceptible de un estudio con carácter más de ampliar percepción y áreas de posibilidades que de memorizar.

Como podrán ver, nos aventuramos a invadir reinos que están mucho más allá de la comprensión de ustedes, pero el esfuerzo por captar lo inalcanzable y ejercitar la mente en el pensamiento abstracto, siempre es valioso. (Los rayos y las iniciaciones pag. 530).

Así como el hombre piensa en su corazón, así es él.

Esta es una frase que se repite muy a menudo en las enseñanzas de D.K. Una reflexión detenida sobre ella, nos dará idea de la enorme fuente de transformación que lleva implícito el “autentico” estudio.

No hay que olvidar que “la energía sigue al pensamiento”, otra frase estrella, por lo que la forma que utilicemos el “pensar” delimitará el área en la que se desenvuelva nuestra vida y nuestra percepción. La carga energética de la forma mental dependerá del grado de polarización mental logrado. De acuerdo a la pureza de intención y unidad de propósito del móvil, así será la potencia.

No es el objetivo la cantidad de lectura, sino su asimilación, única forma de transformarse por la comprensión. Todo ello, junto con la correcta actitud del atento observador llevará a continuas expansiones de conciencia, que producen un efecto demoledor en los espejismos y limitaciones, que se van viniendo abajo de forma escalonada, fruto del trabajo de varios meses, generando esos cambios sutiles de dimensión, que se detectan con un análisis retrospectivo sincero e inteligente.

Conviene tener presente que el estudio bien realizado está relacionado con la meditación, y de alguna manera nos llevará a prestar algún tipo de servicio.

La sencillez y la sinceridad al analizar nuestro estudio y trabajo son los medios más acertados para saber si vamos en la línea correcta o si fomentamos algún desequilibrio.

Elegir los libros.

El siguiente texto extraído de la sección cuarta del tomo primero del libro Discipulado en la Nueva Era, pag. v.o. 777 y siguientes, sobre parte del resumen del trabajo del Tibetano, es muy orientativo sobre el contenido de cada libro y aporta datos suficientes para que cada cual pueda elegir lo mas intuitivamente posible la lectura más conveniente en cada momento.

RESUMEN DEL TRABAJO DEL TIBETANO

(1919-1943)

En el mes de noviembre de 1919 me puse en contacto con Alice A. Bailey, y le pedí que escribiera y publicara algunos libros que debían aparecer, con el fin de impartir la verdad en forma correlativa. Rehusó de inmediato, argumentando que no simpatizaba con la denominada literatura ocultista, difundida entre el público por los diversos grupos de esa índole; que nunca había escrito para el público, y además que le desagradaba profundamente toda clase de trabajos y escritos síquicos. Cambió de parecer al explicarle que la relación telepática era algo ya comprobado y un asunto de interés científico, que ella no era clarividente, ni clariaudente, y que nunca lo sería y, sobre todo, que la prueba de la verdad es la verdad misma. Le dije que si aceptaba escribir durante un mes, el material transcrito le demostraría contener la verdad, pues enfocaba reconocimiento y comprensión intuitiva y abarcaba cuanto fuera de valor para la nueva e inminente era espiritual. Esto contribuyó a superar su adversión a tal tipo de trabajo, como también a las diversas e imperantes presentaciones ocultistas de la verdad; entonces estipuló que los escritos fueran publicados sin pretensiones de ninguna especie, y que las enseñanzas demostrarían o no su valor, de acuerdo a sus propios méritos.

Los Libros

El primer libro publicado fue Iniciación Humana y Solar, resultado de su primer esfuerzo en este tipo de trabajo, base de los demás libros. Escribió para mí durante casi veinticinco años. Los libros se publicaron de acuerdo a un propósito profundo y subyacente que quizás deseen conocer, y ha tenido amplia aceptación mundial.

En Iniciación Humana y Solar se trató de dar a conocer la realidad de la existencia de la Jerarquía, que H. P. Blavatsky. ya había difundido mediante insinuaciones y enunciados, pero no en forma ordenada. La Sociedad Teosófica había enseñado la existencia de los Maestros, a pesar de que H. P. B. manifestara a la sección esotérica que lamentaba profundamente haberlo hecho. Estas enseñanzas fueron erróneamente interpretadas por los posteriores dirigentes teosóficos, quienes cometieron varios errores fundamentales.

La descripción que daban de los Maestros se caracterizaba por una imposible infalibilidad, olvidando que Ellos también evolucionan. La enseñanza impartida fomentó un creciente interés por el autodesarrollo y un intenso enfoque sobre la liberación y el desenvolvimiento personales, pues las personas consideradas como iniciados y discípulos avanzados, eran mediocres y sin mayor influencia fuera de la Sociedad Teosófica, exigiendo total devoción a los Maestros y Sus personalidades. Decían que estos Maestros interferían en la organización de esos grupos esotéricos que afirmaban trabajar bajo Su dirección. Se Les hacía responsables de los errores cometidos por los dirigentes de los grupos, los cuales se escudaban detrás de las siguientes declaraciones: “el Maestro me dio intrucciones para que dijera...”, “ el Maestro desea que se haga el siguiente trabajo”, o “el Maestro quiere que los miembros hagan esto o aquello”. Quienes obedecían, eran considerados buenos, y a los que no se interesaban ni obedecían, se los consideraba como renegados. Se infringía constantemente la libertad individual y se justificaban las debilidades y ambiciones de los dirigentes. A.A.B., en conocimiento de esto, rehusó tomar parte en tales actividades, pues ésta es la historia de la generalidad de todos los grupos esotéricos que atraen al público. Aunque yo hubiera querido trabajar en esas condiciones -algo que ningún miembro de la Jerarquía hace- ella no habría colaborado conmigo.

Luego escribió Cartas sobre Meditación Ocultista. Estas cartas proporcionaron, en cierta medida, un nuevo acercamiento a la meditación, basada en el reconocimiento del alma en cada persona y no en la devoción a los Maestros. A éste siguió Tratado sobre Fuego Cósmico. Este libro constituye una ampliación (ampliación esperada) de las enseñanzas difundidas en el libro “La Doctrina Secreta” sobre los tres fuegos -fuego eléctrico, fuego solar y fuego por fricción; también presenta la clave sicológica de “La Doctrina Secreta” y deberá ser estudiado por los discípulos e iniciados al finalizar este siglo y comenzar el próximo, hasta el año 2025.

Después A.A.B. pensó que sería de valor para mí y el trabajo, escribir libros útiles para los estudiantes, además de la transcripción de mis escritos y apuntes en el idioma original inglés, e ideamos hacerlo juntos, lo cual me incitó a pensar y transmitir ideas, que constituyó mi deber hacer públicas. El promedio general de los síquicos y médium no poseen mayormente un alto grado de inteligencia; A.A.B. deseaba demostrar (para ayudar al trabajo del futuro) que puede hacerse un trabajo netamente síquico e inteligente al mismo tiempo. Por esta razón escribió cuatro libros que son el producto de su propio esfuerzo:

La Conciencia del Átomo,

El Alma y su Mecanismo,

Del Intelecto a la Intuición,

De Belén al Calvario.

También escribió, con mi colaboración, un libro titulado la Luz del Alma, donde hay una paráfrasis en inglés. de los Aforismos sánscritos de la yoga de Patanjali, colaborando ella en los comentarios y consultándome ocasionalmente para estar segura del significado.

A éste siguió Tratado sobre Magia Blanca, escrito hace unos años, que en forma de capítulos enviaba a los estudiantes avanzados de la Escuela Arcana, únicamente como material de lectura. Es el primer libro publicado que trata del entrenamiento y control del cuerpo astral o emocional. Se han escrito muchos libros ocultistas sobre el tema del cuerpo físico y su purificación; también sobre el vehículo etérico o vital, y la mayoría es recopilación de otros libros, antiguos y modernos. En este libro se intenta entrenar, al aspirante moderno, en el control de su cuerpo astral, con ayuda de la mente, a medida que es iluminada por el alma.

El siguiente fue Tratado sobre los Siete Rayos; es un libro muy extenso y aún no ha sido terminado. (En la actualidad ya está completa la serie de este tratado. Nota de los editores). Consta hasta de cuatro tomos, dos de los cuales ya fueron publicados; el tercero está por publicarse y el último está en preparación. Los tomos I y II tratan sobre los siete rayos y sus siete tipos sicológicos, poniendo los cimientos para la nueva sicología, pues la sicología moderna, por más que sea materialista, ha establecido bases sólidas. El tomo III está íntegramente dedicado al tema de la astrología esotérica y constituye en sí una unidad completa. Está destinado a difundir la nueva astrología, basada en el alma, no en la personalidad. El horóscopo confeccionado por la astrología ortodoxa predice la suerte y el destino de la personalidad, y cuando dicha personalidad está poco evolucionada o medianamente desarrollada, puede ser y con frecuencia es asombrosamente correcto. Sin embargo en el caso de personas muy evolucionadas, aspirantes, discípulos e iniciados, que comienzan a controlar sus estrellas y por consiguiente sus acciones, no resulta tan exacto. Los sucesos y acontecimientos de sus vidas son impredecibles. La nueva y futura astrología se esfuerza por dar la clave del horóscopo del alma, condicionado por el rayo del alma y no por el rayo de la personalidad. He impartido bastante como para capacitar a los astrólogos, que tengan interés y posean una nueva inclinación, a predecir el futuro desde el ángulo de este nuevo acercamiento. La astrología es una ciencia fundamental y necesaria. A.A.B. no es versada en ello ni sabe confeccionar un horóscopo, tampoco conoce los nombres de los planetas ni las casas que rigen. Por lo tanto, soy absolutamente responsable de lo que aparece en él y en todos mis libros, excepto, como ya he explicado, el libro La Luz del Alma.

El tomo IV versa sobre el tema de la curación y la construcción del puente, el antakarana, que elimina la separatividad existente entre la mónada y la personalidad. También se dan las Catorce Reglas que deben dominar quienes se preparan para la iniciación.(Posteriormente, El Tibetano y A.A.B. decidieron publicar estas reglas en un tomo aparte. Por lo tanto, dentro de breve tiempo aparecerá el tomo V de Tratado sobre los Siete Rayos). Quisiera llamar la atención acerca de este último tema, recordándoles que A.A.B. nunca hizo la menor alusión, pública o privada, de que es un iniciado. Sabe que ello es contrario a la Ley, y oyó a muchas personas de escasa luz espiritual o capacidad intelectual, hacer tal afirmación. produciendo el consiguiente daño , menoscabando la idea de la Jerarquía y la naturaleza del adepto, ante los ojos del público observador. Soy absolutamente responsable de las Catorce Reglas y de su elucidaciòn y aplicación. A.A.B. nunca pretendió ser más que un discípulo activo ocupado en el trabajo mundial (lo cual no se puede negar), y ha reiterado constantemente que la legítima palabra “discípulo” no admite controversia, así como también es la más exacta para ser aplicada a las distintas categorías de trabajadores de la Jerarquía, desde el dicípulo probacionista, apenas afiliado a algunos discípulos de la Jerarquía , hasta la influencia misma de Cristo, el Maestro de Maestros e Instructor de ángeles y hombres. Constantemente se opone, con mi total aprobación, a la malsana curiosidad respecto de títulos y categorías, lo cual constituye una plaga en muchos grupos esotéricos, y conduce a la competencia desmedida, envidia, críticas y pretensiones, que caracterizan a la generalidad de esos grupos ocultistas, inutilizando la mayoría de sus publicaciones e impidiendo al público recibir las enseñanzas en toda su pureza y sencillez. Estado y título, categoría y posición, nada significan. Lo que vale es la enseñanza, es decir, su verdad y su llamado intuitivo. Esto debe tenerse constantemente presente. Los discípulos aceptados, reconocen al Maestro internamente --lo cual puede ser corroborado por sus discípulos y utilizado por el Maestro como condición real --, lo conocen, aceptan Sus enseñanzas y es considerado por ellos como su Maestro, pero no lo hacen con el mundo externo.

Mis libros han sido publicados constantemente durante años. Cuando haya terminado el Tratado sobre los Siete Rayos y editado un pequeño libro titulado Espejismo (Glamour) y también El Discípulado en la Nueva Era, A.A.B. habrá terminado su trabajo en colaboración conmigo, entonces podrá reasumir su tarea como discípulo en el Ashrama de su propio Maestro

Cita recogida de la introducción del Tratado sobre fuego cósmico, pag.18:

Todo lo que se pide a quien lo estudie, es que lo considere con simpatía y éste dispuesto a reflexionar los puntos de vista expuestos, con honradez y sinceridad de pensamiento, lo cual le ayudará a desarrollar la intuición, a formular la diagnosis espiritual y a aplicar la discriminación, que le permitirá rechazar lo falso y apreciar lo verdadero.

Las palabras del Buda son oportunas aquí, y constituyen el apropiado final de esta introducción.

EL SEÑOR BUDA HA DICHO:

que no hemos de creer en lo dicho, simplemente porque ha sido dicho; ni en las tradiciones, porque han sido transmitidas desde la antigüedad; ni en los rumores como tales; ni en los escritos de los sabios, porque ellos los han escrito; ni en las fantasías que sospechamos nos han sido inspiradas por un deva (es decir una supuesta inspiración espiritual); ni en las deducciones basadas en alguna suposición casual que hemos hecho; ni por lo que parece ser una necesidad analógica; ni por la mera autoridad de nuestros instructores o maestros; sino que hemos de creer cuando lo escrito, la doctrina o lo dicho, está corroborado por nuestra propia razón y conciencia. “Por eso” dice, “les he enseñado a no creer por el solo hecho de haberlo oído decir; pero que cuando crean con toda conciencia, entonces actúen de acuerdo a ello, con plenitud”.

Listado de libros de A.A.Bailey: (dictados por D.K.):

Tratado sobre magia blanca

La reaparición del Cristo

El discipulado en la nueva era. tomo I y II

Iniciación humana y solar

La educación en la nueva era

Los problemas de la humanidad

Tratado sobre el fuego cósmico

Espejismo, un problema mundial

Telepatía y el vehículo etérico

Cartas sobre meditación ocultista

El destino de las naciones

Tratado sobre los siete rayos

Tomo I psicología esotérica

tomo II psicología esotérica

Tomo III astrología esotérica

Tomo IV la curación esotérica

tomo v los rayos y las iniciaciones

Exteriorización de la jerarquía

“Claridad mental y buena lectura”

Libros escritos directamente por A.A.B.:

Del intelecto a la intuición

La luz del alma

Autobiografía inconclusa

Los trabajos de Hércules

La conciencia del átomo

El alma y su mecanismo

De Belén al calvario