Liberarse de la depresión

En esta sección se profundiza en uno de los pequeños infiernos que asolan a la humanidad en estos tiempos: “la depresión”.

“Dias oscuros, noches de luz”, es un relato novelado de una dura y peligrosa experiencia personal con la depresión en mi juventud, a la que se añade un mundo paralelo de claves para entender sus espejismos, desde la visión interna, desde el acercamiento al plano del alma.

La experiencia demuestra que salir de una depresión tiene un alto componente de acción y pragmatismo. Me he permitido recoger una serie de recursos para superar una depresión, con un enfoque natural, y que son compatibles con otras muchas acciones y métodos de curación, exceptuando tal vez el abuso de la medicación y las drogas.

Todos estos recursos, asequibles de forma simple y gratuita, funcionan de una forma segura y eficaz, sin riesgos ni daños colaterales. Solo hace falta una voluntad de cambio para salir por fin del mundo depresivo, y ponerlos en práctica. Nada ocurre por sí solo. De hecho caer en la depresión supuso en su día un enfoque continuado en aspectos de negatividad y un considerable esfuerzo. Ahora se trataría de reubicar ese enfoque en aspectos positivos y esforzarse en aplicar recursos activos en otra dirección.

Toda persona que esté harta de vivir en depresión, puede establecer un calendario de propósitos, una agenda de trabajo, eligiendo los recursos que considere mas necesarios, y ponerlos en práctica. Las ideas, los consejos, las reflexiones, están bien, tal vez sean necesarias, pero el mundo solo se cambia con hechos a través de la propia experiencia.

A modo de introducción se recoge el apartado 4.5.- del libro de “la senda de la alegría interior”, disponible en esta web, que podría ser un buen libro de cabecera para quien trate sinceramente de superar una depresión:

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4.5.- La depresión. (“Extracto del libro “la senda de la alegría interior”)

Se puede hacer todo un tratado sobre la depresión, pero nos detendremos sólo en algunas reflexiones.

La depresión es uno de los mayores enemigos de la felicidad humana. Se estima que afecta a mas de 450 millones de personas en todo el planeta, cifras que crecen día a día, sobre todo en los países del llamado primer mundo. Es un estado de abatimiento, que puede ser transitorio o permanente. Puede tener causas genéticas, pero son mas destacables las causas originadas por las tensiones de la vida, problemas de familia, trabajo, estudio, de relaciones personales y grupales,… y son también de destacar las causas estrictamente personales, en el largo camino evolutivo del ser humano hacia la liberación.

La depresión es una de las manifestaciones mas dolorosas del cuerpo emocional descontrolado, caracterizada por un desaliento sistemático y el debilitamiento del cuerpo físico que atrapa la conciencia en un espejismo y un mundo ilusorio donde el desasosiego y la experiencia de oscuridad adquiere tintes “muy reales”.

Es fácil adoptar hábitos a los que se asocian emociones con pensamientos de la mente inferior. La depresión es un hábito que asocia emociones negativas con pensamientos de mente inferior de carácter obsesivo, en el que se secuestra y dirige la atención hacia la visión negativa del mundo, en una espiral que debilita y deja sin recursos y con escasa capacidad de respuesta. Es un hábito autocreado, que se hace mas resistente a medida que se practica y se tiene mayor edad.

La depresión es un estado antinatural, creado por el uso inadecuado de la mente y el abuso de emociones negativas, que conduce a una sobresaturación de personalidad, una auténtica sobredosis de personalidad, con resultados muchas veces dramáticos.

En honor a la depresión se consumen cantidades ingentes de ansiolíticos y tranquilizantes, y otros fármacos con dudosos efectos, como si se tratara de mitigar un dolor muscular. Pero el cerebro no es un músculo, y jugar a regular con medicación sus complejos sistemas neuronales y hormonales es una operación de alto riesgo de inciertos resultados. Este consumo va en aumento y comienza cada vez a edades mas tempranas, incluso en la infancia y la adolescencia.

La depresión esta detrás de muchos de los suicidios que asolan la humanidad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre veinte y sesenta millones de personas intentan suicidarse cada año. De ellas, un millón lo consigue. Y más del 90% de esos desenlaces están relacionados con trastornos mentales en los que la depresión ocupa un puesto muy relevante. Es de destacar que las cifras de suicidios aumenten en la medida que crece el nivel económico de un país.

La raíz de este enorme mal radica en la falta del sentido de la vida que acaba por afectar toda la existencia. Una vida sin sentido vuelve débil al cuerpo físico, al sistema emocional y a la propia mente, poniendo en peligro la oportunidad del alma para expresarse en el plano físico.

Cada uno tiene que encontrar el significado de su vida. Se trata de una búsqueda personal e individual, nadie la puede hacer por ti. No hay formulas mágicas, ni planes aplicables para todos, cada uno debe encontrar su propio camino. Existen muchas guías y orientaciones, pero son sólo palabras que tienen que adquirir valor en base a la experiencia. No hay atajos, y esto es una prueba mas de que nada ocurre por sí solo, hay que hacerlo realidad. En los hechos radica el encanto y la esperanza.

Tratar con la depresión no es tarea fácil. Quien cae en ese estado, no puede pensar con claridad y está dominado por emociones negativas que absorben toda su energía.

Lo primero que tenemos que tener claro es que consentir la depresión es como consentir a un niño mimado: te acabas convirtiendo en un esclavo de sus caprichos.

Acudir a psicoterapia es recomendable sobre todo para casos en los que la depresión ha roto todas las defensas y se camina hacia el abismo, por lo que se hace preciso reestructurar la personalidad. El problema de la psicoterapia, a menos que estés tan perturbado que realmente la necesites, es que enfoca la atención en la personalidad, y es precisamente en ese exceso de enfoque donde está el origen de la enfermedad.

El mejor antidepresivo, y además gratuito, es el ejercicio físico. El cuerpo humano esta diseñado para la acción, y la pasividad sólo puede enfermarlo. El ejercicio mueve energía y desbloquea la apatía, dando una oportunidad a que se muevan las emociones y pensamientos empantanados.

Nunca hay que avergonzarse de estar deprimido, y tratar en todo momento de evitar el aislamiento. Hay que tener el valor de dejarse ayudar, de dejarse amar.

No estamos solos. Vivimos interrelacionados con los demás y con el mundo que nos rodea. La soledad es un espejismo. Si aprendemos a captar el mundo que nos rodea nuca estamos solos.

Cultivar la vida interior es el mejor preventivo para evitar caer en estados depresivos. El efecto inmediato de acercarse a la vida interior es disponer de mayor energía con la que afrontar los problemas de la vida diaria, sin alteraciones, con serenidad, con desapego y conciencia despierta.

Y si la depresión se ha abierto hueco, es a través de la vida interior como arde y se consume en el fuego del corazón.

Comprender la depresión y las emociones relacionadas: temor, culpabilidad, tristeza, ansiedad…, es un objetivo asequible que sólo precisa de una orientación mental correcta y un mínimo de sinceridad de espíritu.

La mente revela lo real, y es el medio idóneo para liberar del espejismo y aquietar el cuerpo emocional, acallando las ruidosas manifestaciones de la personalidad para permitir penetrar la luz del alma, cuya presencia será la garantía de libertad ante la tiranía del mundo emocional.

El amor del alma sana por completo el sufrimiento de la mente emocional y eleva la conciencia hacia la intuición.

Caminar por la senda de la alegría interior es el mejor tratamiento no sólo para la depresión, sino para evitar que se produzca.